Ni su devoción por San La Muerte ni la cantidad de velas que le prendía a diario la salvaron de caer en manos de la Policía. "La Gringa", de 57 años, y su compadre "El Chanchero", de 20 años, terminaron detenidos e incomunicados por vender drogas en el sector sur de San Miguel de Tucumán.
Luego de investigarlos durante cuatro meses, uniformados de la Dirección de Drogas Peligrosas (Digedrop) irrumpieron el sábado a la tarde en el barrio Toledo y allanaron las viviendas de los dos sospechosos. El procedimiento les sirvió para constatar lo que habían denunciado vecinos de ese barrio y de los barrios El Salvador, Alejandro Heredia y Diego de Villarroel.
Habitantes de esas zonas habían asegurado que una mujer apodada "La Gringa", que vivía en Américo Vespucio al 100, se dedicaba a venderles cocaína a los adolescentes. Asimismo, habían precisado que la mujer actuaba en complicidad con un hombre conocido como "El Chanchero", que también vivía en las inmediaciones, cerca de la cancha de fútbol donde luego se juntaban los jóvenes a consumir los estupefacientes.
En la casa de "La Gringa", los policías se sorprendieron al observar el santuario que estaba montado en una de las habitaciones, repleta de estatuas de San La Muerte, estampas de otros santos que protegen a los delincuentes y velas rojas encendidas. Luego, los uniformados se dirigieron a la pieza donde duerme la mujer y debajo del colchón hallaron una bolsa con droga.
Entre los secuestrado en la vivienda de "La Gringa" y de "El Chanchero", reunieron casi 100 "ravioles" de cocaína y una piedra de esa misma droga con la cantidad suficiente para armar 50 "ravioles" más. Además, encontraron 20 gramos de marihuana, envoltorios para distintas drogas, dinero en efectivo y teléfonos celulares.
Ambos quedaron detenidos por orden del juez Federal N° 2, Fernando Poviña. De acuerdo a lo precisado por la Policía, "La Gringa" ya había sido condenada hace cinco años por el mismo delito, cuando la sorprendieron vendiendo marihuana.